Constantin Brâncuși 1876-1957 |
Motto:
“Casi todos sus rostros vienen de lejos, diríase; de
tiempos insondables, portadores de mitos. (…) Es un gozo mirar estas figuras
que dejan la impresión, como ya lo dije, que están conversando con Dios, en una
eterna mañana del mundo.”
Eugen Simion, ex Presidente de la Academia Rumana
Al haber elegido París como morada, Brancusi jugó con
ventaja a la hora de darse a conocer.
Pero no fue un caso aislado en la
Historia del Arte de Rumania.
Ion Irimescu (1903-2005) |
Considerado como el escultor más importante del último
medio siglo, Ion Irimescu (27.02.1903 Preuteşti – 8.10.2005 Fălticeni), hijo de
Petre y de Maria Irimescu (hermana del escritor Al. Cazaban), pasó su infancia
y adolescencia en su urbe natal de Fălticeni. Desde 1914 cursa estudios de
primarios y secundarios en el instituto “Nicu Gane”, integrando la primera
promoción (1924) de dicha escuela, junto con los futuros actores Gr.
Vasiliu-Birlic y Jules Cazaban.
Aún siendo alumno de sexto de instituto, abrió su
primera exposición personal. Entre 1924-1928 es alumno de la Academia de Bellas
Artes de Bucarest, en la clase del escultor Dimitrie Paciurea, al tiempo siendo
un asiduo de las clases de Oscar Han.
Busto del historiador Nicolae Iorga (1871-1940) |
Se le concedió una bolsa de estudio por la Escuela Rumana
de Paris (1929-1931) por la obra “Atlas con la tierra a hombros” y, en 1937,
también mediante concurso, una nueva bolsa – Dimitrie Paciurea. Enseña dibujo
en la Escuela Normal de Fălticeni (1928-1930), en el Instituto “Aurel Vlaicu”
de Paşcani (1934-1936) y en el Instituto de Slatina (1938-1940).
En 1940 ingresa en el cuerpo profesoral de nivel
universitario, como catedrático de escultura en la Academia de Bellas Artes de laşi
(1940-1950, siendo rector desde 1944), en el Instituto Universitario de Bellas
Artes “Ion Andreescu” de Cluj-Napoca (1950-1955) y en el Instituto
Universitario de Bellas Artes “Ion Grigorescu” de Bucarest (a partir de 1965).
Su arte va desde el neoclasicismo con acentos
patéticos, expresionistas de los inicios (Torso de mujer, Torso de hombre
andando, Centauresa, Joven con racimos en el pelo), pasando por la
geometrización brancusiana de las formas – un geometrismo marcadamente
expresivo, como en la serie de bajorrelieves y composiciones dedicadas a la
infancia y adolescencia: Rodica, Nicuşor, Dan, Retrato de niño), en una visión
arcaizante o primitiva (Cabeza, La Niña de Piedra) para finalmente producir una
escultura sumamente estilizada, con especial atención al pulido casi artesanal
de las formas, usualmente fundidas en bronce.
Orfeo |
Expuso en el Salón Oficial de Paris (1930-1931,
distinguido con Mención de Honor) y en todos los Salones Oficiales de Bucarest
(1923-1943) e laşi (1940-1943) así como en las Exposiciones de las Juventudes
Artísticas (1937-1943).
Abre una exposición personal en la Sala Dalles (quizás
la más importante sala bucarestina) en 1947, y después de 1948 participa en
todas las muestras nacionales anuales y bienales.
Participa con obras suyas en exposiciones de arte
rumano en Amberes, Ankara, Bratislava, Budapest, Estocolmo, Moscú, Oslo, Paris,
Petersburgo, Sofía, Varsovia, Venecia, Zurich.
Su actividad le hizo merecedor de las más altas
condecoraciones y medallas. Desde 1992 fue Académico Honorario de la Academia
Nacional de Rumania.
Creador polifacético, de estudios a bajorrelieves
(Leda y el Cisne, El retorno tras el trabajo, El Descanso) a la escultura
monumental (1907, Brâncuşi, Lupeni 1929, Octav Băncilă), Ion Irimescu ostenta
su excelencia en los retratos (Autorretrato, G. Enescu, Dinu Lipatti, Corneliu
Baba) donde el artista “no busca necesariamente reproducir un determinado
modelo, sino expresar una representación, un recuerdo o un ideal”.
El Museo Ion Irimescu de Falticeni |
En el año 1975, el gran escultor regala a la urbe de Fălticeni
una impresionante colección de obras esculturales, dibujos, esbozos, una
biblioteca con álbumes de arte rumano y universal), constantemente enriquecida
con nuevas piezas, hasta alcanzar unas 350 obras esculturales y más de 3000
dibujos. Albergada en la casa que antaño perteneció a Alecu Botez Forăscu,
miembro de la burguesía local, se convertirá en el Museo Ion Irimescu, el mayor
museo de autor de todo el país.
Escenario de su infancia y adolescencia, de sus
primeros actos artísticos, Ion Irimescu eligió Fălticeni como su morada para la
eternidad. Su tumba, junto a las de sus padres y su esposa, se encuentra en el
cementerio de Oprişeni, cuya iglesia pintó él mismo, aún siendo estudiante,
allá por 1926.
Música |
Entre sus muchas obras, destacaríamos aquellas
dedicadas a la música o la maternidad. En el Museo de Fălticeni, pero también
en colecciones privadas, se hallan muchas liras, mandolinas, violines o harpas,
esculpidas por Ion Irimescu.
Maternidad |
Los críticos de arte coinciden en que no son
simples objetos pulidos, inmóviles, sino gráciles seres que hacen música. Las
obras referentes a la maternidad traen al primer plano – como todas las obras
del artista – un aire mítico, de figuras procedentes de otro mundo.
(Ciolca, C. - Cartea Fălticenilor (El libro de
Fălticeni”. Editorial Omnia 2005)
Fotos y texto por cortesía de Teodora Moroşanu, https://ionirimescu.wordpress.com/
Str. Mihai Eminescu nº 2
Fălticeni, 725200
Jud. Suceava, România
Teléfono (+4)0230.541.370
Abierto de martes a domingo 09.00 - 17.00
Astrónomo |
Anunciación |
Clepsidra - IV |
Mujer tañendo la mandolina |
Mujer leyendo |
Mujeres cantando |
Maternidad |
Xenia - torso |
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