Motto:
“Cuando pienso en vuestra extraordinaria
variedad de “chorbas”, me doy cuenta, por un lado que en el mundo aún no se conoce
casi nada de los rumanos, y por el otro, que vosotros mismos estáis lejos de
conocer vuestras propias maravillas nacionales. Vuestra gastronomía es muy,
pero que muy rica, a pesar de vuestra supuesta pobreza.”
Jacques-Yves Cousteau
Hoy
os propongo un menú acorde a la época primaveral – algo más ligerito.
Para
entrar en atmósfera rumana, tanto para el primer como para el segundo platos,
sustituid el pan por mămăligă, parecida a la polenta.
Mămăligă, pariente lejano de la polenta |
Ingredientes
para la mămăligă
Una
parte de sémola de maíz por cada dos partes de agua. Mida las cantidades con un
vaso, el que más a mano tenga.
La materia prima - sémola de maíz |
¡Ojo,
no vale la variedad sudamericana, de maiz blanco, tiene que ser del amarillo –
italiano, en el peor de los casos! Pero seguramente encontrará alguna tienda
rumana o similar, donde puedan comprar la sémola adecuada.
Media
cucharadita de sal.
Preparación
Caldero de fundición |
Se
precisa un caldero de fundición, que le da un sabor más uniforme. A falta de
ello, una cacerola hará las veces hasta que compréis el típico caldero de
fundición – lo usareis en más recetas, entre las cuales las tan traídas y
llevadas sarmale.
En
el recipiente que tengamos, ponemos el agua con la sal, y espolvoreamos una
cucharada de sémola; llevamos a ebullición.
Añadimos
la sémola mientras removemos constantemente con unas varillas de batir, o en su
defecto, una cuchara/espátula de palo, para evitar la formación de grumos.
Una
vez homogeneizada la mezcla, dejamos cocer unos 3-4 minutos.
A
partir de este momento, las varillas ya no nos sirven, por la consistencia ya adquirida
por nuestra mămăligă.
Făcăléț o Melestéu |
A
partir de ahora, para removerla, entra en escena un utensilio típicamente
rumano: el melesteu o făcăleț. Bueno, si aún no han visitado
Rumania, para comprar uno, se permite el uso de una cuchara o paleta – pero ha
de ser necesariamente de palo.
Tradicionalmente
se recomienda dar 200 melesteuazos, o făcălețazos – bueno,
conformémonos con mezclar en redondo unas 200 veces con lo que tengamos. Pero no todo a la
vez, sino que hay que repartirlos en unas 4 tandas, y mientras dejar la mămăligă
seguir en el fuego – y de paso, dejar descansar el brazo del cocinero.
Etapas en la cocción |
Esto
les ocupará unos 10 minutos, tras los cuales remueven una 201ª vez, cambiando
el utensilio de madera por una cuchara, con la que igualamos el nivel de la mămăligă
apretando – lo que nos permita.
Hay quien
echa un poco de mantequilla por encima, pero no es menester.
Mămăligă volcada sobre tabla de madera |
Tras
otro ratito, no superior a unos 4-5 minutos, en el fuego, volcamos con un gesto
enérgico la mămăligă en una tabla de madera, o un plato llano, con
cuidado de no quemarnos.
La
operación se ha de hacer volcando el recipiente y no tapándolo con la tabla y
luego darle la vuelta – no teman, esta maniobra no es difícil; lo otro sí, por
la poca consistencia de la mămăligă.
Por favor hagan caso, no me responsabilizo
por otras iniciativas.
Llévenla
a la mesa, y sírvanla como sustituto del pan.
Los
puristas la cortan con un hilo de coser tranzado, pero tampoco desluce una cuchara que permita a
cada comensal servirse.
Cortando la mămăligă con un hilo |
Primer
plato.
Ciorbă
de armuelle (en rumano, lobodă)
Ciorbă
de lobodă
|
El
armuelle, Atriplex hortensis, es una planta herbácea de la familia de
las amarantáceas y muy cercana a las espinacas y acelgas. Aunque originaria de
Asia su cultivo en Europa data de la Antigüedad. Los antiguos griegos ya la
conocían como planta hortícola y medicinal. Ha sido de cultivo muy común aunque
durante mucho tiempo quedó un tanto olvidada. Parece que está viviendo ahora un
nuevo renacimiento culinario, debido a su alto contenido en hierro y vitaminas.
Se le puede encontrar tanto con hojas verdes como rojas; para ciorbă es más
vistoso el color rojo, pero el sabor es idéntico.
Ingredientes
Armuelle |
3-4
manojitos de armuelle
2
manojos pequeños de cebolla verde, o dos cebollas grandes
2
zanahorias
1
chirivia
4
cucharadas de aceite
unos
cuantos granos de pimienta negra; sal
1
manojito de hojas de apio-de-monte o levístico (Levisticum
officinale)
Apio-de-monte o levístico |
Preparación:
Limpiamos
y lavamos bien los manojos de armuelle sin romper las hojas, escurriendo el
agua (fría) unas 2-3 veces.
Picamos
la cebolla y la rehogamos con el aceite, en una cacerola grande, a fuego bajo.
En
cuanto la cebolla se vuelva trasparente, añadimos la zanahoria y la chirivia
ralladas, en juliana o cortadas en rodajas, al gusto.
Dejamos
un par de minutos y añadimos unos dos litros de agua; llevamos a ebullición.
Se
añade las hojas de armuelle que hemos picado no muy finamente y se deja hervir
unos 25 minutos.
Al
final, picamos el levístico y lo echamos a la ciorbă, para darle su
sabor característico, salpimentamos al gusto y si gustan rematamos con dos
dientes de ajo picados (opcionalmente).
Antes
de llevar a la mesa, añadimos una tacita de nata-crema.
Servimos
con guindillas, aparte.
El resultado final |
Sugerencia de presentación |
Segundo
plato
Ciulamá
de setas con mujdei de avellanas.
Con
setas o con carne, la ciulamá (llámenla chulamá, le entenderán
antes) tiene versiones para todos los gustos. La de paloma tiene mucha fama – y
muy buena.
Ciulamá con mămăligă |
Para
la ciulamá necesitamos:
500 g de setas (champiñones,
pleurotus, o las que pille a mano)
50 g mantequilla
25 g harina de trigo
100
ml de nata-crema
1
cebolla (50 g)
Hojas
de eneldo y perejil, picadas finamente
Sal
y pimienta.
Cortamos
las setas bien limpias y lavadas en trozos medianos y hervimos junto con la
cebolla cortada en cuartos, durante 30 minutos, en una cacerola con 250 ml
agua, a fuego bajo, hasta que las setas se ablanden.
Sacamos
la cebolla.
Mezclamos
la harina con una cucharada de agua fría y la añadimos a las setas, dejando
hervir hasta que la salsa ligue; apartamos de la lumbre.
Mezclamos
la nata, ligeramente batida con una cucharada de agua, con la salsa caliente, y
rectificamos de sal.
Colocamos
la mantequilla en trocitos pequeños por encima, y espolvoreamos con el eneldo y
el perejil.
Para
el mujdei de avellanas
Ya
deciamos con anterioridad que el vocablo mujdei procede del francés mousse
d’ail, mientras como plato parece tener parientes libaneses.
Mujdei |
Hay
tantas recetas de mujdei como cocineros, más consistentes o más líquidos, con
más o menos ingredientes, más o menos picantes… y les dejo seguir solos, no
precisan de mi ayuda.
Ingredientes:
1 taza
de avellanas mondadas
1
cabeza de ajos
Sal
Es
fácil: se machacan – por separado - las avellanas (pasadas por un robot de
cocina salen más finas) y el ajo – en un mortero sale delicioso – hasta reducirlo
a una consistencia algo líquida.
Mujdei con avellanas |
Se mezclan,
se sala al gusto y se le añade un poquito de agua si les gusta la consistencia
más líquida.
Prever
bastante mămăligă, se sorprenderán.
Postre
Bocaditos
rellenos de rahat-lokum (“delicia turca”)
Ingredientes
250 g mantequilla
30 g azúcar
1
sobre vainilla azucarada
250
ml nata-crema (se puede sustituir la mitad por yogur griego)
1
huevo
5 g de levadura en polvo, que
mezclamos con
500 g harina de trigo para
repostería
1
cucharadita de sal (potenciador del sabor)
1
cucharada de piel de cítrico rallada
300 g rahat-lokum cortado en
barritas de unos 5 mm
de grosor, o mermelada espesa
Bocaditos con rahat, listos para hornear |
Una
vez hecha la masa, se deja al menos una hora en frío.
Extendemos
una hoja fina, cortamos en triangulitos, colocamos el relleno, enrollamos y
ponemos en la bandeja de hornear a la que hemos colocado una hoja de papel de
hornear.
Horneamos
a 175-180ºC
con calor tradicional, vigilando para que no se quemen – unos 15-20 minutos.
Sacamos
y espolvoreamos con azúcar en polvo.
El resultado final |
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