En un anterior post, hablábamos sobre la analogía de la
masa que envuelve el relleno de queso con un elemento de la vestimenta folclórica.
Así, tanto para cruzar un arroyo como para lavar ropa o
alfombras en el río, como se solía hacer antaño, la mujer había de recogerse - aunque
fuera mínimanente las enaguas – que, recuerden, van debajo de la fotă.
Hombre, para mí que ya he dicho bastante ¿no?
El resultado |
Y para regocijo hasta de los más pequeños de la casa,
personitas inocentes que no tienen porqué preguntar mientras se come (otra
especialidad rumana se llama “calla y come” – pero esto será otro día) vamos a
dar una dulce receta. Elle es obra de un célebre enólogo, periodista,
epigramista y crítico gastronómico Al. O. Teodoreanu, alias Păstorel
(1894-1964). Ya le cogerán el gusto hasta los niños, antes de conocerle los
dobleces.
INGREDIENTES PARA LA MASA
½ kilo de harina de trigo
3 huevos
200 g
mantequilla
una cucharada colmada de azúcar
entre 300 ml y ½ litro de leche – según absorba la masa
el equivalente en tamaño de una nuez de levadura fresca, (esa
que viene en cubitos y se vende en la zona de refrigerados del súper)
sal
PREPARACIÓN
Desleímos la levadura en un cuenco, añadiendo una o dos
cucharadas de agua calentita.
Mezclamos con una cucharada de harina y una cucharadita de
azúcar.
Dejamos subir durante 20 minutos.
Colocamos el resto de harina en una fuente grandecita,
poniendo en medio la levadura, la leche calentita, 3 yemas, la sal y el azúcar.
Mezclamos bien y empezamos a amasar.
Diez minutos más tarde, vertemos la mantequilla derretida,
pero apenas calentita y no más de una-dos cucharadas a la vez; seguimos
amasando, hasta agotar la mantequilla.
Cubrimos con un paño tupido y dejamos subir durante una
horita y media.
Una vez la masa hermosamente crecida, untamos una bandeja
con mantequilla calentita (que no derretida), enrollamos la masa y la cortamos en
tres trozos más grandecitos.
Estiramos con la masa con un rodillo hasta alcanzar un
espesor de 5 mm,
para luego cortar cuadrados de unos 12-15 cm de lado.
En medio de cada cuadrado colocamos queso de oveja
(rumano) amasado. Por cada ½ kilos de queso ponemos dos huevos.
Para la versión con queso quark, nos sirven 250 g de queso, 2 huevos, dos
cucharadas de azúcar, 1 cucharada de crema madurada y una cucharadita de
esencia de ron, o de licor Stroh, que viene a ser lo mismo.
Y la dosis para
cada pieza es la misma – 1-2 cucharadas.
Se recogen los extremos opuestos de la masa y se pegan por
encima del relleno, repitiendo con los extremos cruzados, de manera a cubrir el
queso y pegarlo para que no se abra. Igualito que si nos recogiéramos dos
partes opuestas de unas enaguas para subírnoslas a la cintura, y luego otras
dos partes. De ahí el nombre…
Las dejamos otro rato de 15-20 minutos, para que suban un
poco más, se untan con huevo y se hornean a 180º una media hora.
Servir calentitas, con algo de nata o miel por encima.
Para acompañar, una copa de Busuioacă de Bohotín bien fresquito.
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