miércoles, 10 de junio de 2015

Algo que no amarga a nadie: "ENAGUAS RECOGÍAS" (poale-n brâu)




En un anterior post, hablábamos sobre la analogía de la masa que envuelve el relleno de queso con un elemento de la vestimenta folclórica.
Así, tanto para cruzar un arroyo como para lavar ropa o alfombras en el río, como se solía hacer antaño, la mujer había de recogerse - aunque fuera mínimanente las enaguas – que, recuerden, van debajo de la fotă. Hombre, para mí que ya he dicho bastante ¿no?

El resultado

Y para regocijo hasta de los más pequeños de la casa, personitas inocentes que no tienen porqué preguntar mientras se come (otra especialidad rumana se llama “calla y come” – pero esto será otro día) vamos a dar una dulce receta. Elle es obra de un célebre enólogo, periodista, epigramista y crítico gastronómico Al. O. Teodoreanu, alias Păstorel (1894-1964). Ya le cogerán el gusto hasta los niños, antes de conocerle los dobleces.

INGREDIENTES PARA LA MASA
½ kilo de harina de trigo
3 huevos
200 g mantequilla
una cucharada colmada de azúcar
entre 300 ml y ½ litro de leche – según absorba la masa
el equivalente en tamaño de una nuez de levadura fresca, (esa que viene en cubitos y se vende en la zona de refrigerados del súper)
sal

PREPARACIÓN

Desleímos la levadura en un cuenco, añadiendo una o dos cucharadas de agua calentita.
Mezclamos con una cucharada de harina y una cucharadita de azúcar.
Dejamos subir durante 20 minutos.
Colocamos el resto de harina en una fuente grandecita, poniendo en medio la levadura, la leche calentita, 3 yemas, la sal y el azúcar.
Mezclamos bien y empezamos a amasar.
Diez minutos más tarde, vertemos la mantequilla derretida, pero apenas calentita y no más de una-dos cucharadas a la vez; seguimos amasando, hasta agotar la mantequilla.
Cubrimos con un paño tupido y dejamos subir durante una horita y media.
Una vez la masa hermosamente crecida, untamos una bandeja con mantequilla calentita (que no derretida), enrollamos la masa y la cortamos en tres trozos más grandecitos.


Estiramos con la masa con un rodillo hasta alcanzar un espesor de 5 mm, para luego cortar cuadrados de unos 12-15 cm de lado.
En medio de cada cuadrado colocamos queso de oveja (rumano) amasado. Por cada ½ kilos de queso ponemos dos huevos.
Para la versión con queso quark, nos sirven 250 g de queso, 2 huevos, dos cucharadas de azúcar, 1 cucharada de crema madurada y una cucharadita de esencia de ron, o de licor Stroh, que viene a ser lo mismo.
Y la dosis para cada pieza es la misma – 1-2 cucharadas.


Se recogen los extremos opuestos de la masa y se pegan por encima del relleno, repitiendo con los extremos cruzados, de manera a cubrir el queso y pegarlo para que no se abra. Igualito que si nos recogiéramos dos partes opuestas de unas enaguas para subírnoslas a la cintura, y luego otras dos partes. De ahí el nombre…

Las dejamos otro rato de 15-20 minutos, para que suban un poco más, se untan con huevo y se hornean a 180º una media hora.

Servir calentitas, con algo de nata o miel por encima.

Para acompañar, una copa de Busuioacă de Bohotín bien fresquito.

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