Rumbo a Rumania: Iglesias de madera de Rumania. Historia y proyección.

La introducción en la lista del Patrimonio UNESCO de ocho iglesias de madera de Maramureş (1999) es, a buen seguro, un hecho encomiable. Pero estas no son – integra e individualmente - ni las más representativas para el Maramureş, ni tampoco para todo el país.

A buen seguro, los tramites ya iniciados para incluir a otras iglesias de madera que cumplen los requisitos UNESCO llegarán a buen puerto dentro de no mucho tiempo – sus características las recomiendan. ¿No sería una lastima pasar al lado y perderse una primicia?

En todas las regiones del país y en rincones quizás insospechados, el turista informado encontrará ejemplos arquitectónicos, formales o simbólicos únicos o rarísimos, representativos o reveladores para la totalidad del conjunto.

Haganme caso: si encuentran alguna recomendación de hacer un breve rodeo para ver alguna iglesia de madera, aún sin estar en la lista UNESCO, no se lo pierdan. La sorpresa puede estar muy cerca.

Por desgracia, una investigación rigurosa sobre las iglesias de madera sigue siendo una asignatura pendiente en la mayoría de los sitios. Por la misma razón, la desaparición o mutilación de algunas iglesias de madera aisladas o anónimas es resentida por el conjunto como la pérdida de unas páginas inéditas, arrancadas de un libro de herencia atemporal.

En Rumania se encuentran unas 1450 iglesias de madera, erigidas antes del año 1918. De ellas, unas 600 están en Banat y Transilvania, cerca de 500 en Valaquia, Oltenia y Dobrodja, y más de 300 las encontramos en Moldavia.

Las iglesias de madera de Rumania conforman un nutrido y unitario grupo, con características bien personalizadas en el patrimonio cultural e histórico de la humanidad. Su valor lo conforma la nota distinta que ponen conjuntamente de manifiesto por encima de los ejemplos particulares.

Las iglesias de madera de Rumania ostentan algunas caracteristicas fundamentales comunes. Destaca la planta rectangular, abovedada y alargada con el eje orientado de levante hacia poniente, así como el tejado a cuatro aguas. Habría que añadir la calidad del acabado, no encontrarán simples chapuzas ni siquiera en los lugares más remotos.

Entre las más interesantes y misteriosas características de las iglesias de madera de Rumania está el lenguaje tallado de los pórticos de entrada. Al igual que las mangas y cuellos de las camisas y blusas rumanas, dichos pórticos tienen consideración de lugares de paso física y metafísicamente, de ahí que fueron protegidos con sumo cuidado. El elaborado lenguaje simbólico de estas obras – talladas o bordadas – y las transferencias culturales entre géneros siguen siendo bastante desconocidos.

La iglesia de madera más antigua de Europa.

La única iglesia medieval de madera que hay en Rumania no se encuentra en Maramureş, sino en la vecina Moldavia, en Putna (Suceava); está fehacientemente fechada en 1401-1403 por el método dendrocronológico.

También en el condado de Suceava, en Mănăstioara, encontramos una iglesia de madera fechada por tradición allá por 1451.

En el condado de Alba, a la iglesia de madera del otrora monasterio de Lupsa se le atribuye como año fundacional el 1429.

En Maramureș, más concretamente en Cornești, el altar está fechado en el mismo primer cuarto del siglo XVI, mientras en Breb, la torre procede de una iglesia edificada en Copăciș en 1531.

En uno de los muros de la iglesia de madera de Marița (Oltenia), una inscripción indica el año 7065 según el calendario bizantino (1556 o 1557 A.D.)

Iglesias de madera de Moldavia.

Si las iglesias de Maramureș son muy espectaculares, las de Moldavia brindan al turista una cálida intimidad.

Los religiosos argumentaban en el pasado que cuanto más alta una iglesia, más cerca del cielo llegarían los rezos allí profesados. Del mismo modo, hasta hace poco, los techos de las casas señoriales eran mucho más altos que hoy en día.

Recordando el tamaño de las pequeñas ermitas mediterráneas, con sus techos bajitos, que a veces reproducen una bóveda celestial con su color azul y las estrellas doradas, las iglesias de madera de Moldavia nos hacen sentir el cielo alrededor de nuestras cabezas.

La pintura eclesial transilvana tiene sus raíces en las tierras moldavas y valacas, donde los rumanos no estaban “tolerados” como en el principado dominado por los Habsburgo – a pesar de ser mayoritarios. De ahí que si en las monumentales iglesias de Plopiş o Deseşti, en Maramureş, la pintura tiene un marcado carácter naif, en las iglesias moldavas la misma respecta la manera bizantina original

Si en sus desplazamientos llegan cerca de alguna iglesia de madera (la lista completa está en: http://ro.wikipedia.org/wiki/Biserici_de_lemn_din_Moldova ) traten de visitar al menos alguna de las que ilustramos con fotos. Entre parentesis está el nombre del correspondiente condado.