miércoles, 17 de junio de 2015

Monasterios de Moldavia (2) Monasterio de Neamț y su codiciado legado artístico






Es un monasterio de monjes, declarado monumento histórico, está ubicado en el término municipal de Vânători-Neamț, pueblo de Mănăstirea Neamț, condado de Neamț.
Es el asentamiento monacal de mayor antigüedad, y a la vez el más grande de Moldavia, apodado “Jerusalén” - o “El Athos” - Rumano, esta verdadera Gran Lavra de Moldavia es la cuna del Ortodoxismo Rumano.


Mencionado por vez primera en un documento de 1407, sus raíces  se remontan con toda seguridad hasta el siglo XII. Como ktitor* (ver nota al pie) está acreditado el voivoda Petru I Mușat (1375-1391) quien mando construir la primera iglesia de obra (hoy desaparecida) pero en su emplazamiento hubo ya otra iglesia de madera, más antigua, llamada la Iglesia Blanca, que los monjes construyeron un siglo antes. En cuanto a la iglesia actual, ella fue ktitorida por Ștefan cel Marea finales del siglo XV, y dedicada a la Ascensión de Jesucristo.

Dentro del recinto se encuentran dos iglesias, dos capillas, la torre-campanario con sus 11 campanas, la sala de la imprenta, así como un museo que alberga una de las más importantes colecciones de arte eclesiástico de la Europa del Este.


Llama la atención el Aghiazmatar, edificio circular con techo en forma de mitra, que vemos en frente de la iglesia. Allí, con motivo de la fiesta mayor del monasterio, se celebra la ceremonia de bendición del agua (aghiasma significa agua bendita en rumano) pero también alberga una librería.
Este monasterio tiene la más grande y antigua biblioteca monacal de todo el país (18000 volúmenes). Durante la Edad Media tuvo un papel clave en el desarrollo del arte y de la cultura rumanas.
Ya en el siglo XV, cuando los miniaturistas de los principados danubianos habían adquirido ya merecida fama, como los mejores de la zona de los Balcanes, el monasterio de Neamţ éra el buque insignia de dicha escuela de calígrafos, copistas y miniaturistas, cuya herencia contiene obras de excepcional valor histórico, litúrgico y artístico.

Miniatura de Gavriil Uric (1429) Manuscrito Bodleiano
- San Juan -
Miniatura de Gavriil Uric (1429) Manuscrito Bodleiano
- San Lucas Apostol -
Miniatura de Gavriil Uric (1429) Manuscrito Bodleiano
- San Marcos -

Miniatura de Gavriil Uric (1429) Manuscrito Bodleiano
- San Mateo Apostol -


En la primera mitad de dicho siglo, su representante más afamado fue el miniaturista Gavriil Uric, autor de verdaderas obras maestras (entre otras, un libro de servicios de 1429, obra cumbre del arte medieval europeo, que se encuentra en la Biblioteca Bodleiana de Oxford), pasándole el testigo a un Teodor Mărişescul o a un Ghervasie y otros aprendices suyos. Esta fue otra razón que ayudó a la conformación de una biblioteca que, a pesar de las vicisitudes de la historia, no dejó de enriquecerse incesantemente a lo largo de los siglos, llegando a tener más de 4430 manuscritos, según un catálogo publicado en el año 1862, poco antes del incendio que la asoló aquel año, habiendo llegado unos 500 hasta hoy.
Marco de portada. Grabado por el Monje Teodosios, 1845. Madera de peral.
Utilizado para decorar las portadas de los 12 Menologion (Neamțul, 1845-1847) del Triodion (Neamțul, 1847) y del Penticostarion (Neamțul, 1848).

Estrechamente vinculada a la actividad tipográfica, en el Monasterio se ha desarrollado una famosa escuela de tallista y grabadores. Los monjes Ghervasie y Nazarie, Teodosios y Damian, Simeon y Nicolae, han adornado con verdaderas obras de arte los espacios libres de los libros, sus creaciones siendo hasta 1860 (cuando se introdujo la cincografía) modelo e inagotable fuente de inspiración – entre otros, para los pintores tras vidrio, arte característico en Transilvania.

San Jaralambos Hieromártir. Grabado por el Monje Teodosios, 1852.
San Jaralambos Hieromártir.
Icono tras vidrio de Transilvania.
Mediados del siglo XIX.





Por desgracia, obras y objetos de arte que fueron creadas o que pertenecieron al Monasterio se encuentran hoy en el patrimonio de entes culturales muy conocidas – como el Museo Rumiantsev de Moscu, la Biblioteca Bodleyana de Oxford, la Biblioteca Central de Sankt Petersburgo, o la Bayerische Staatsbibliothek de Múnich, etc. – otras habiendo sido incluídas en el tesoro estatal rumano que fue transferido a Rusia durante la primera guerra mundial, y del que hasta la fecha no se ha devuelto nada.

Así y todo, en la iglesia de la Ascensión y en las iglesias aledañas, en la biblioteca y en la colección museal del monasterio se siguen guardando buen número de asombrosos objetos – por antigüedad y cualidades artisticas – verdaderas joyas del Patrimonio Nacional.

En primer lugar, el icono bifronte de gran tamaño que representa a la Madre de Dios Lidianca en el anverso y a san Jorge en el reverso, al que se le atribuye origen aquiropoieta (no hecha por mano de hombre) y se le considera milagroso.
En el museo del monasterio (fundado en 1916) se encuentra otra pieza de gran interés: el iconostasio de la capilla de la Ciudadela Neamţ, traído en 1962 desde la iglesia parroquial del municipio de Vânători conocido como de “maler Baraschi” (pintor Baraschi), con evidente influencia del Barroco centroeuropeo.
 
El simandron de fundición.
Apoyado en el muro, el otro simandron - portable, de madera.



Más allá de las polémicas estéticas sobre su fecha, estamos ante una obra maestra del arte medieval, reconocida como tal entre los expertos en arte.

Importantes bordados ricamente adornados son una “nabedernita” de 1665, (una pieza de la vestimenta litúrgica, de forma cuadrada, que llevan colgada a la cintura los popes de cierto rango, y que simboliza al sable de Dios-Verbo) un epitafio con la escena del Santo Entierro de 1821, las cruces talladas en madera de olivo o de cedro, con exquisitas monturas de metales preciosos afiligranados, el cáliz de plata dorada cuya copa la sostiene un ángel, así como las suntuosas monturas metal de los Evangelios de 1759 y 1821, algunos iconos pintados por Nicolae Grigorescu (ver la entrada sobre el monasterio de Agapia) de las cuales destaca su único icono pintado sobre placa de metal, en 1857, y un omoforio que perteneció al obispo Pahomie de Roman (1706-1714).

Si por desgracia los frescos interiores están afectados por unas restauraciones poco afortunadas, aunque originadas por acontecimientos trágicos - pillajes, incendios, etc - las piezas expuestas en el museo compensan con creces por su calidad artística. Por tanto, este monasterio, como los demás de la zona – Varatec, Secu, Sihastria, Agapia, Horaita, Sihla, etc - bien merecen una visita.



*) Por ktitor o ktetor (del griego κτήτωρ; serbio cirílico Ктитор, rumano ctitor) se designa una persona que provee los fondos necesarios a la construcción o reconstrucción de una iglesia ortodoxa o de un monasterio, a la pintura de iconos, frescos u otros trabajos artísticos. Un concepto católico equivalente es el de donante. La forma femenina es ktitorissa o ktetorissa (griego Κτητόρισσα)





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